La empresa Mondelez, propietaria de marcas masivas como Milka, Oreo, Pepitos y Beldent, atraviesa un escenario operativo atípico en su planta de General Pacheco, partido de Tigre.
La firma dispuso un freno parcial de su actividad en diciembre y reorganizó el cronograma de descansos para manejar un nivel de stock muy por encima del promedio histórico.
El plan incluye adelantamiento de vacaciones, una semana adicional de licencia, reducción de relevos, modificaciones en los turnos y un menor uso de la capacidad instalada.
En total, la medida alcanza a unos 2300 operarios, y la actividad habitual recién volvería el 4 de enero.
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El ajuste interno responde a una combinación de factores que golpea a varias plantas industriales del corredor bonaerense, especialmente en Pilar, Malvinas Argentina, Tigre y la región: un consumo interno retraído y un incremento de importaciones que desplazó ventas en diferentes categorías alimenticias.
De acuerdo con lo que trascendió, las ventas de la compañía cayeron cerca de 15.000 toneladas en el acumulado anual. El retroceso impactó con fuerza en líneas de alto volumen, como galletitas, chocolates y alfajores, incluso en un período —las fiestas— donde históricamente el consumo suele mejorar.
El delegado de Mondelez-Pacheco, Jorge Penayo, describió la situación como preocupante: "Los supermercados están importando productos y no hay ventas. Se muestra un panorama muy complejo para el 2026 si no se levantan las ventas", afirmó. También señaló que el salario promedio en la planta ronda los $1.400.000.
Más despidos
La situación se está tornando cada vez más crítica, donde empresas apelan a suspensiones y adelantamiento de vacaciones, pero otras optan por directamente cerrar sus puertas, como fue en el caso de Pilar lo que hicieron las firmas Whirlpool e Ilva.
Las empresas, la primera dedicada a la fabricación de lavarropas y heladeras y la segunda a cerámicos y porcelanatos, también adujo baja en las ventas y apertura de importaciones como factores que las llevaron a dejar de operar.
En el caso de Whirlpool fueron 220 los trabajadores que quedaron en la calle, mientras que en Ilva, 300.
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Pero no son las únicas, además de los despidos por goteo que se dan en otras compañías, hay al menos otras dos en Pilar que quedaron jaqueadas tras el cierre de Whirlpool: Translog y Novax.
La firma ubicada en el Parque Industrial producía piezas plásticas para los lavarropas y evalúa reducir su personal, que actualmente se ubica en los 38 trabajadores.
Translog, en tanto, dedicada a la logística de la empresa de línea blanca, dejó de operar en Pilar y perdieron sus puestos 17 personas.